Hemos llegado un poco tarde pero aún hemos podido disfrutar algunas canciones, jugar con los juguetes que habían en el recinto y Zoe se ha hecho una foto con el grupo.
Hay tenemos a la princesa en medio de los Polkadots.
Los chicos probando juguetes del recinto.
La acróbata Zoe en la cama elástica......
En la tarde hicimos un viaje precioso con la familia Vallespir a las cataratas Okere en la carretera dirección Rotorua y a unos 30 minutos de casa; un sitio asombroso y un río con un caudal de agua impresionante.
El viaje lo iniciamos después de comer a las 16.30 y nos demoramos en el trekking casi hasta las 18.30, pero mereció la pena la caminata.
La llegada a las cataratas como todos los caminos de trekking en NZ esta muy bien señalizado y tiene un parking a la entrada del camino, dejamos los coches y pasamos por el aseo público para que no haya paradas en la marcha.
Increíble la fuerza que lleva el agua en este punto, no me gustaría caerme por aquí.
La bajada al mirador de la cascada.
Otro ángulo del mismo sitio.
La tía turbina.
La vegetación tropical nos acompaña a lo largo de todo el camino y como no, los famosos helechos de NZ y unas lianas enormes y durísimas que se elevan agarrándose a otros árboles.
La reina de la jungla y los helechos.
También hemos podido observar plantas o arbustos que crecen en los troncos de otros árboles, se fijan a ellos y las raíces se quedan al aire.
Pero bueno, surtio efecto y los chicos nos saludaron muy amablemente y estuvieron exhibiéndose delante de nuestras narices; que envidia.
Otra de las cascadas por donde bajan los kayaks.
Muy divertido, la verdad es que si que lo parece.
mas de kayaks.....
La tarzana en la liana...
Mis chicos bajando al mirador de las cuevas.
La cueva desde el interior.
Los exploradores intrépidos...
Si os fijáis en la rama de ese árbol cohabita otro completo, raiz, tronco y todo.....
El puente donde terminaba la caminata.
El gran salto... que locos, yo ya estoy mayor para estas cosas.
Un saltico bueno....
Todos los niños y las mámis Vallespir - Hdez.
El cauce del río suelta toda su fuerza en un gran remanso donde culminan todas las acciones de los rápidos y el agua se tranquiliza y donde encontramos a tres pescadores, los cuales tienen tanta pesca que se permiten el lujo de pescar y elegir por tamaño los peces; y los que desechan son mas o menos de 40 cms. y tardan en pescar otro unos 5 minutos, tardan más en poner el cebo que en pescar.
A probar el agua ......
Aquí era el comienzo de la gran caída de agua.
Los pescadores y ese tamaño no les gusto y lo devolvieron y sacaron otros más grandes.
Mi linda princesa en el muelle del río a su paso por el Okere Store bar.
La familia bufeta, os desea un feliz año nuevo.
Atención la casa de en frente esta a la venta, con embarcadero propio y todo.
Nuestros amigos los Vallespir en familia.
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